Reflexiones críticas en torno a la tipografía en México.

Leonardo Vázquez
6 min readJun 28, 2020

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En los últimos meses han sucedido eventos, tanto localmente como internacionalmente, que han sacudido el ambiente tipográfico mundial.

Hace unos días se hizo un escándalo porque una prestigiosa asociación norteamericana, el Type Directors Club (www.tdc.org) de más de 70 años de fundación, cuya misión era apoyar la “excelencia tipográfica mundial” no comprendió el tema de la inclusión racial dentro de sus políticas de funcionamiento. Uno de los miembros, el tipógrafo Juan Villanueva , peruano radicado en E.U. y muy activo en el medio tipográfico, fue víctima constante de falta de interés en las actividades que proponía o que desarrollaba por parte de la mesa para la inclusión de asociados BIPOC (Black, Indigenous, People of Color). La gota que derramó el vaso fue el rechazo por parte del "board" a una solicitud hecha por él de membresias especiales para gente de color. La solicitud fue rechazada una vez más. Como muestra de inconformidad, Villanueva renunció a su puesto y funciones en dicha Asociación por considerarla incompatible con sus decisiones, posturas políticas y desaprobar esa actitud recurrentemente discriminatoria. (https://medium.com/@juan_kafka/my-resignation-from-the-type-directors-club-1023065b4853)

El hecho provocó una serie de reflexiones y debates entre la comunidad internacional, incluido México, sobre las funciones que debe o no tener una agrupación de personas que represente a un gremio.

Esto sucede en un momento en el cual la comunidad mexicana está realizando un esfuerzo de organización para tener una Asociación que represente a la tipografía mexicana.

El contexto

Hasta el momento existen dos proyectos académicos en México, hoy en pausa: la Maestría en Diseño Tipográfico en la Universidad Gestalt, en Veracruz y la Especialidad en Diseño Tipográfico de CENTRO, en la Ciudad de México. De este par de posgrados han surgido tipógrafos exitosos “Made in México”. Algunos han trascendido fronteras y logrado trabajar para importantes compañías internacionales tipográficas.

Entre estas generaciones, también han surgido egresados decepcionados, que consideran que su educación fue deficiente o incompleta. Ahora son la fuerza más activa en campos como educación, cuestiones de género, activismo en redes sociales y desarrollo de proyectos personales.

Finalmente hay otros que tenemos experiencias “independientes” y nos hemos formado en otros espacios (en México o el extranjero) o de manera autodidacta. Los que tuvimos oportunidad de explorar un camino fuera de la academia mexicana hemos formado a diseñadores y tipógrafos mexicanos.

Mi experiencia

Terminé la universidad en la década de los 90, pero siempre me quedé con ganas de aprender más sobre la tipografía. Me tocó el inicio del DTP (Desktop Publishing) y de la tipografía digital. Las situaciones de la vida me llevaron a vivir en Francia, donde residí por cerca de 5 años. Fue un poco por azar que realicé una especialización en tipografía en una escuela del estado francés (www.anrt-nancy.fr).

Cuando regresé a México, conocí a todas las personas que hoy son reconocidas o conocidas como académicos, investigadores e historiadores del tema. Ellos, al igual que yo, abrieron el camino para construir una comunidad de profesionales de la tipografía.

Hoy tengo una carrera profesional estable. Me he incorporado al medio académico y he hecho una carrera tipográfica. Tuve la fortuna de desarrollar proyectos tipográficos con editoriales mexicanas sensibles al valor de la tipografía en sus publicaciones. Reconozco mis influencias de “escuelas tipográficas” internacionales (entiéndase esto como modelos de pensamiento), que me interesan o seducen, pero no soy fanático de ninguna. Me considero solo un observador.

Esta experiencia me ha dado distancia con respecto a la escena tipográfica que me permite tener una opinión crítica al respecto.

¿Por qué estudiar en el extranjero?

Parece que la primera motivación es para aprender más. Perfeccionar lo que se sabe. O bien, aprender de los mejores. Entre otras, las consecuencias cuando estudiamos en otro país es tener acceso a una red de contactos internacional. Mi reflexión de lo anterior me lleva a algunas cuestiones: ¿Es necesario estudiar en el extranjero para validarse? o ¿La calidad de la educación tipográfica en México es deficiente?

En el mundo hay distintos países donde se puede estudiar la tipografía como posgrado. En Estados Unidos Type@cooper (http://coopertype.org/), en Inglaterra, Universidad de Reading (https://www.reading.ac.uk/typography/), Francia, Nancy (https://anrt-nancy.fr/en/presentation-en/ (Atelier National de Recherche Tipographique), Bélgica, Amberes (http://www.plantininstitute.be/), Holanda, La Haya https://www.kabk.nl/en/programmes/master/type-and-media. Algunas de las cuales tienen dos programas: uno largo (1 a 2 años) y corto (una semana). Finalmente en Buenos Aires, Argentina existe la Maestría en Tipografía (http://maestriaentipografia.org/) donde algunos de los docentes estudiaron en las universidades europeas antes mencionadas.

La tipografía es una profesión sumamente especializada. No es una actividad de primera necesidad pero tampoco es una banalidad. Estudiar en el extranjero implica una inversión importante de recursos. La creación de fuentes tipográficas no tiene una alta demanda ni es esencial para desarrollo de un país. No se requiere de un tipógrafo como de abogados, médicos o ingenieros. Quien decide estudiar tipografía se avienta a un mundo un poco incierto en el campo laboral. Implica mucho esfuerzo vender un proyecto tipográfico a una empresa, institución o compañía. Las oportunidades también dependen de las habilidades técnicas para producir tipografías novedosas constantemente. Podrías postular o concursar para ser empleado en alguna de las grandes fundidoras internacionales y si tienes suerte, habilidades o el respaldo de la escuela donde estudiaste, hay posibilidades de ser contratado.

Entonces ¿es necesario estudiar en el extranjero para validarse?

Si estudiaste en México y quieres continuar tus estudios, sí es una opción que puedes considerar. Pero si no tienes los recursos para llevarlo a cabo, no te agobies, no eres el único. Hay más salidas a esta inquietud.

La escuela donde estudies sí te respalda, pero también lo hace tu trabajo y la convicción del por qué haces las cosas. No es indispensable estudiar en el extranjero para ser reconocido. Lo importante es preguntarte si lo que haces es útil para otras personas. Los mexicanos deseamos formar parte de las “Grandes ligas” tipográficas, es normal, forma parte del sentido de “existir” en el medio. Publicar una familia tipográfica equivale a presentarse en sociedad. Pero al mismo tiempo, nos cuesta trabajo ver lo que falta hacer en nuestra propia casa.

Es importante estar pendiente de lo que sucede en otras latitudes, pero no olvidemos nuestro contexto social, racial y actual de lo que vivimos cotidianamente en nuestras comunidades. Hay tantas cosas por hacer en casa, sencillamente porque aquí vivimos. Creo que sí es posible salir adelante en México siendo tipógrafo. Justamente esta es la motivación que ha orillado a pensar formas más sólidas de organización que agrupe a todos los interesados y los que trabajan desde sus trincheras por y para la tipografía y los temas afines.

¿La educación tipográfica en México es deficiente?

Más bien me parece que es incompleta. No existen espacios consolidados para cursar estudios de posgrado en Tipografía. Los que existían están en pausa. Seguramente pronto surgirán nuevas propuestas. Es indispensable que se revisen los planes de estudio de las universidades y de las futuras maestrías en diseño tipográfico. La tipografía ha dejado de ser esa actividad romántica del personaje solitario que trabaja aislado días y noches moviendo nodos. Ahora es una actividad dinámica y demandante que requiere mucha actualización de tecnología y conocimientos técnicos diseminados en distintos foros. Al mismo tiempo hay una carga histórica indispensable. Necesitamos profesores que conozcan el incipiente mercado nacional y que tengan opiniones y criterios que vayan más allá de sus propios intereses. Afortunadamente en México hay profesionistas que se han actualizado por mérito propio y podrían formar a nuevas y mejores generaciones de tipógrafos.

Necesitamos ver el horizonte mucho más amplio e insertar la actividad en los planes educativos y de desarrollo del país. La tipografía puede formar parte de los proyectos educativos y empresariales de México, está anclada en la historia de la humanidad por su impacto en la civilización pero en México apenas estamos descubriendo la historia local. En el país hay interés sobre el tema y en algunos estados hay esfuerzos independientes para rescatar técnicas de impresión de tipos moviles y producción de libros con tecnologías artesanales e industriales como el linotipo. Es necesario crear puentes entre nosotros.

Vectorizando el camino

Necesitamos dejar de ver tanto hacia afuera y empezar a vernos como unidad. Lo esencial es demostrar la utilidad de la tipografía en la educación para mejorar la comprensión lectora y como una herramienta de comunicación eficiente. No se ha cerrado la brecha entre los que necesitan o requieren los servicios de tipografía y lo que los profesionales pueden ofrecer.

El gremio necesita unidad, dirección e intención. Dejar los egos a un lado y entender que esta es una labor que solo lograremos unidos. Esto es parte de la motivación para crear la Asociación Mexicana de Tipografía, una iniciativa anhelada desde hace muchos años pero que se logró consolidar a inicios de 2020.

Este puede ser el punto de partida para impulsar que en los próximos años surjan más instituciones mexicanas para estudiar tipografía. Un impulso que abra un mercado laboral donde se generen fuentes con estándares internacionales. Ser autosuficientes para que no necesitemos salir de nuestras ciudades para validarnos.

Unámonos, trabajemos juntos y démosle a la tipografía el lugar que se merece en México.

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Leonardo Vázquez
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Written by Leonardo Vázquez

Diseñador editorial, tipógrafo, curioso. Miembro fundador de la Asociación Mexicana de Tipografía. Editorial designer, typographer, curious. Founder of the MTA

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